En los pacientes pediátricos, una gran parte de los procedimientos quirúrgicos selectivos, son realizados en forma ambulatoria, lo que traduce que, partirán a sus casas desde la sala de recuperación, cuando se hayan recuperado de la anestesia. Es recomendable que los padres (al menos la madre) estén presentes en la sala de recuperación a medidas que el efecto de la anestesia desaparezca, momento en el que suelen estar confundidos e irritables. El tiempo en que el niño despierta por completo es impredecible, pero suele ocurrir entre 45 minutos y una hora, dependiendo de los anestésicos usados. La permanencia de los más pequeños en los brazos de la madre durante ese periodo, brindará seguridad a ambos. Los padres deben conocer sobre la posibilidad que los pacientes duerman mucho el día de la cirugía, e incluso se nieguen a comer, a pesar del ayuno preoperatorio prolongado. Al momento de abandonar el hospital, con frecuencia aparecen temores en los padres a no saber si son capaces de brindar los cuidados necesarios una vez en la casa, lejos del cirujano y/o las enfermeras, motivos por los que, debe garantizárseles que el niño solo saldrá del hospital cuando su permanencia en el hogar sea completamente segura. Al momento del egreso, el cirujano dará las instrucciones que deberán seguir en el domicilio y se programará una visita de seguimiento.
