Se caracterizan por la protrusión del contenido abdominal (principalmente intestino) recubierto por piel, a través del anillo umbilical (Fig. N° 1).
Las hernias umbilicales se explican por la falta de cierre de la abertura por la que pasan los vasos del cordón umbilical. Representan una de las enfermedades de tratamiento quirúrgico más frecuentes en la infancia; siendo discretamente más comunes en hembras que en varones. Niños prematuros y bajo peso al nacer presentan mayor riesgo a sufrirlas. La mayoría son reconocidas posterior a la caída del cordón umbilical en las primeras semanas de vida, por el aumento de la región umbilical durante el llanto, tos o defecación (Fig. N° 2).
En ocasiones, resultan en grandes protrusiones (ombligos probóscide; trompas de elefante) (Fig. N° 3).
Raras veces se acompañan de dolor; las complicaciones son eventos raros en niños. El diagnóstico es fácilmente realizado a través del examen clínico. Las hernias umbilicales tienden a curar espontáneamente en gran parte de los pacientes; no se ha demostrado que, esparadrapos, sujetadores o monedas colocados sobre el ombligo aceleren la desaparición de estas. La mayoría de los cirujanos recomiendan la cirugía ante la persistencia de hernias a los 5 años de edad. La presencia de dolor asociado es una indicación formal para la corrección quirúrgica. Eventualmente, hernias umbilicales pueden representar problemas cosméticos, lo que puede representar una indicación quirúrgica; en especial en niños quienes usan vestimenta o practican deportes con la región umbilical expuesta o, usan ropa ceñida al cuerpo. La corrección quirúrgica de hernias umbilicales es realizada a través de una pequeña incisión infraumbilical disimulada dentro de la piel del ombligo, no requiere internación hospitalaria y presenta bajos índices de complicaciones. Aunque no se acompañen de dolor, la corrección de esta entidad debe ser realizada durante la niñez; con frecuencia hernias asintomáticas durante la infancia, se acompañan de dolor y complicaciones en la adultez, en particular en mujeres durante el embarazo, producto del aumento de la presión intraabdominal ejercida por el crecimiento del útero, lo que obligaría a cirugías de urgencia. Al igual que en hombres, en quienes se reducen las ofertas laborales por la presencia de hernias.
