Consisten en la acumulación de líquido alrededor del testículo o por encima de éste. Los hidroceles pueden ser congénitos (relacionados con el descenso de los testículos) o adquiridos; secundarios a traumas, tumores, procesos inflamatorios del testículo o, cirugías por hernias en la ingle o varicoceles. Los congénitos pueden producirse por una pequeña comunicación con el abdomen a través del conducto vaginal, o por retención de líquidos. Estos últimos se conocen como “tabicados”, y se caracterizan porque no comunican con la cavidad abdominal y, están presentes en el 5% de niños nacidos a término. Los hidroceles en niñas son casi inexistentes.
Síntomas. Varían de acuerdo al tipo de hidrocele. Los “tabicados” permanecen de tamaño inalterable con los cambios de posición del paciente, aumento de presión intraabdominal o deambulación. Al examen clínico la colección líquida hace que se disimulen los pliegues de la piel escrotal (Figura N° 1a)
; a la palpación se sienten como una “vejiga llena de líquido” que dificulta la palpación del testículo, son indoloros y la iluminación a oscuras con una linterna, permitirá observar la luminiscencia del líquido (Figura N° 1b). El aumento de volumen está limitado al escroto, a diferencia de las hernias, en las cuales la tumoración se extiende desde la ingle hasta la bolsa escrotal. Hidroceles localizados por encima del testículo, son conocidos como “hidroceles del cordón”; generalmente son pequeños, y a la observación asemejan a otro testículo (Figura N° 2).
Los hidroceles que comunican con el abdomen, permiten el paso de líquido desde la cavidad abdominal, lo que hace que el tamaño varíe a lo largo del día; siendo las bolsas de aspecto normal en las mañanas, pero aumentan durante el transcurso del día, por efectos de la gravedad debido a la bipedestación.
Diagnóstico. Es realizado sobre la base de la historia clínica en la mayoría de los pacientes.
Tratamiento. Más del 90% de los hidroceles tabicados se reabsorben espontáneamente antes del segundo año de vida, de manera que, solo se operarán si persisten después de esta edad. En hidroceles que comunican con el abdomen, la cirugía se encuentra indicada al momento del diagnóstico.