Con frecuencia se presentan durante los primeros cinco años de vida, aunque pueden presentarse a cualquier edad. Se manifiestan como lesiones redondeadas, indoloras, de superficie lisa, en la línea media de la cara anterior del cuello, profundas, las cuales acompañan los desplazamientos producidos durante la deglución y la protrusión de la lengua (Fig. N°1).
Procesos infecciosos condicionan la aparición de fístulas a piel (Fig. N°2). El diagnóstico es realizado sobre la base de los hallazgos clínicos y el ultrasonido. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del quiste poco después del diagnóstico para evitar infecciones y fístulas; complicaciones relativamente frecuentes.