El epidídimo es un tubo estrecho y alargado situado en el borde posterior del testículo, donde maduran y se almacenan los espermatozoides, a partir de la adolescencia cuando comienza a producirse el semen. Los quistes del epidídimo representan lesiones benignas que usualmente crecen a nivel de su cabeza, con características similares a los espermatoceles de la edad pospuberal. Se cree que son producidos como resultado de la obstrucción de su luz o la del conducto deferente, secundario a trauma o a infecciones, que conducen a congestión e inflamación. Los quistes de epidídimo se han relacionado a acumulación de líquido alrededor del testículo (hidroceles), varices en los testículos (varicoceles), cálculos diminutos en los testículos (microlitiasis testicular), infección (orquitis) y torsión testicular.
Síntomas. Quistes pequeños pueden no ser percibidos y ser bien tolerados por no producir manifestaciones clínicas. Ocasionalmente pueden causar disconfort asociado con la actividad física o con los deportes. Los de mayor tamaño pueden producir masa o dolor escrotal, o ser descubiertos incidentalmente durante el examen clínico de rutina, el cual descubre una masa quística en el polo superior del testículo (Figura N° 1).
La iluminación de la lesión en un cuarto oscuro con una linterna, puede demostrar la luminiscencia de la misma.
Diagnóstico. Usualmente es realizado con base a los hallazgos clínicos. La ultrasonografía es útil en el diagnóstico y seguimiento. Deben ser diferenciados de condiciones inflamatorias del epidídimo, hidroceles y varicoceles.
Tratamiento. La intervención quirúrgica debe reservarse para los pacientes sin mejoría de sus síntomas, o en aquellos en quienes los mismos empeoren. En quistes asintomáticos, la conducta expectante resultará en regresión completa de la mayoría de ellos. En lesiones mayores de 10 mm es recomendable la cirugía, ya que es poco probable que desaparezcan espontáneamente.
