La torsión de hidátides representa una causa común de dolor testicular, la cual puede ocurrir a cualquier edad, pero es más frecuente en niños entre 7 y 12 años. Se describen varias hidátides o apéndices testiculares, entre estos, el más frecuente se localiza en el polo superior del testículo (Figura N° 1);
cuyo tamaño varía entre 1 y 10 mm de diámetro.
Síntomas. Los hallazgos clínicos son los de una torsión testicular “mínima” o “silenciada”. Un dolor de leve intensidad, localizado en escroto y menos frecuentemente en abdomen inferior, representan síntomas precoces. El examen clínico puede revelar edema escrotal mínimo y sensibilidad localizada en el polo superior del testículo, mientras que la palpación del resto del testículo causa pocas molestias. Con frecuencia se observa un “punto azulado” al estirar la piel sobre la región afectada. La iluminación del testículo con una linterna puede evidenciar a trasluz una pequeña imagen oscura que se corresponde con el apéndice torcido.
Diagnóstico. Es realizado usualmente por el cirujano sobre la base de la historia clínica y es relativamente sencillo cuando el paciente consulta con pocas horas de evolución.
Tratamiento. La torsión de apéndices testiculares es una condición autolimitada, cuyo proceso inflamatorio mejora espontáneamente en días a semanas. El tratamiento con antiinflamatorios, reposo y suspensorios testiculares, alivia los síntomas. En caso de exploración quirúrgica por diagnóstico erróneo de torsión testicular, la extirpación del apéndice necrosado y el drenaje de líquidos inflamatorios, resolverán los síntomas rápidamente.
