Se caracterizan por la presencia de varices en los testículos. Son infrecuentes antes de los 10 años de edad; con una media de presentación de 15,2 ± 3,5 años. Cuando no se desarrollan durante esos años, raras veces lo harán más tarde. Los varicoceles están presentes en el 15% de todos los adolescentes y en 35% de los hombres infertiles; entre quienes representan la causa más común de infertilidad masculina. Ocurren del lado izquierdo en el 90%, bilateralmente en el 9% y en el 1% del lado derecho; estos últimos rara vez ocurren como un hallazgo aislado. Se reporta una predisposición familiar, con incidencia de 67% entre hijos de padres con la enfermedad. Existen varios factores que tratan de explicar su existencia, estos son: aumento presión en la vena del riñón izquierdo e incompetencia de las válvulas en la vena del testículo izquierdo. Fenómenos obstructivos por tumores y la compresión extrínseca por el colon izquierdo impiden el drenaje venoso y predisponen su existencia. El mecanismo a través del cual los varicoceles lesionan los testículos no está claro; algunas teorías proponen que el aumento del flujo venoso testicular, incrementa la temperatura testicular y escrotal, impidiendo su desarrollo y alterando la producción de espermatozoides. Biopsias en testículos de adolescentes con varicocele, demuestran que, después de la cirugía, tras producirse una caída en la temperatura, estos pueden recuperar su tamaño e igualarse con su homólogo, además de mejorar la producción de espermatozoides. Se describen varios grados de acuerdo a la severidad; los leves casi son imperceptibles, mientras que los severos son fácilmente observables a la inspección.
Síntomas. La vasta mayoría de los adolescentes con varicocele son asintomáticos. Los síntomas dependen del grado de severidad; varicoceles de grados avanzados causan dolor mal definido o “sensación de peso” en bolsa escrotal, sobre todo después de períodos prolongados en posición de pie. Su exploración física evidenciará aumento de volumen en la bolsa escrotal a predominio de su base, donde se observan dilataciones varicosas de color violáceo-verdosas (Figura N° 1),
las cuales simulan un “paquete de gusanos” a la palpación. La palpación en posición de pie, al tiempo que se solicita al paciente que aumente la presión intraabdominal, producirá una sensación de «golpeteo”. La palpación cuidadosa del abdomen por parte del cirujano, es importante para descartar tumores del riñón. Testículos más pequeños y blandos, se observan en 25 a 75% de los niños con varicoceles severos, lo cual se hará más evidente mientras más avanza la pubertad.
Diagnóstico. Es realizado usualmente sobre la base de la historia clínica; sin embargo, el ultrasonido, las pruebas hormonales y el estudio del semen son útiles para evaluar la repercusión sobre la función testicular. Dichos estudios deben ser solicitados por el especialista; en especial el espermograma, para el cual, existen barreras para la toma de muestras en adolescentes, debido a la ansiedad generada por el sentimiento de intimidad sexual y la intromisión a la privacidad, relacionado con la masturbación.
Tratamiento. En el hombre adulto, la reparación de varicoceles es una consideración razonable cuando las parejas consultan por infertilidad, donde la calidad del semen es subóptima y la evaluación de la mujer es normal. En adolescentes, a pesar que, el efecto del varicocele sobre la fertilidad futura es impredecible y que testículos presentarán con el tiempo detención progresiva del crecimiento testicular y alteraciones del semen; las indicaciones para la cirugía no están completamente claras. La indicación más precisa es la presencia de dolor y sensación de peso. Indicaciones relativas varían mucho entre los especialistas, en general incluyen: disminución de crecimiento del testículo izquierdo > 20%, volumen testicular total < 30 ml en niños que completen la pubertad, varicoceles grado III y según algunos, varicoceles bilaterales. Indicaciones menores incluyen: análisis anormal del semen, testículo izquierdo más blando, ansiedad del niño o de los padres, historia familiar de subfertilidad y apariencia escrotal asimétrica. Desde el punto de vista psicológico, la cirugía otorga grandes beneficios a adolescentes quienes sienten su enfermedad «resuelta». Se ha observado en pacientes no operados, depresión relacionada con problemas de sexualidad, imagen corporal y ansiedad. La cirugía del varicocele, a pesar de ser relativamente sencilla, es susceptible a presentar complicaciones, tales como: hidroceles (líquido en los testículos), recurrencias y la atrofia testicular (daño); información esta que debe ser informada a los padres antes de la operación.